El madroño es un arbusto muy especial, porque tiene un fruto esférico, blando y de un color naranja-rojo intensísimo, que además se come. La leyenda dice que no se puede ingerir más de uno por ocasión, pero eso es falso, porque los he comido por docenas y no pasa nada.
Hoy se los he puesto a nuestro loro Gorgias, que disfruta mucho haciendo el guarro con ellos. También le he puesto frutos de latonero (almez), pero eso es otra historia.
Las flores son como racimos de campanillas.
La hoja es perenne, parecida al laurel, pero menos oscura.
Entre el Bajo Aragón y la Tierra Alta de Tarragona se dan de forma silvestre, con cierta abundancia en algunas zonas.
Sólo tengo uno.
Eso es lo que significa para mí su nombre científico: arbutus unedo.