lunes, 27 de mayo de 2013

Ya está aquí el calabacín

Mata de calabacín blanco de Argelia
Ayer (26 mayo) cogimos el primer calabacín de la temporada, de la variedad blanco de Argelia, algo raro, porque este año va todo muy retrasado. Las dos matas que hay plantadas las obtuve por siembra en maceta de plástico, en invernadero, y después fueron trasplantadas a mediados de abril; también hay una matita de la variedad oscura.
Los calabacines están muy buenos y todo eso, lo que pasa es que uno se harta de comerlo todos los días y de todas las formas.
Todos los años cometo el mismo error: planto dos o tres matas sabiendo como sé que con una es suficiente.  Vale, reconozco que no soy un forofo del calabacín -como más me gustan es en puré- pero es que se trata de una hortaliza excesivamente abundante e insistente; los coges un día y al día siguiente ahí están otra vez bien gordos; te vas de viaje cuatro días y a la vuelta en vez de calabacín tienes una cachiporra más gorda que el as de bastos. Las matas van poco a poco apoderándose del espacio de la huerta; se alargan hasta el infinito y al final no tienes claro si son vegetales terrícolas o alienígenas camuflados.
Me esperan cinco meses de calabacín, cinco.

viernes, 24 de mayo de 2013

Mayo marcea


El cierzo azotando el huerto y el jardin

Dice el refrán que cuando marzo mayea mayo marcea, y eso es exactamente lo que está ocurriendo este año. A 25 de mayo y las temperaturas no levantan cabeza; y lo peor: el cierzo lleva unos días soplando de lo lindo, lo que significa que la sensación de frio es todavía mayor. Las consecuencias de este tiempo loco se están haciendo notar en un retraso generalizado de la vegetación hortícola y la maduración de la fruta más tempranera, o sea, las cerezas. Las tomateras de exterior no arrancan, ni las sandías. Supongo que las patatas tampoco saldrán beneficiadas, sobre todo en los lugares donde ha estado a punto de helar. En el huerto de franjavio ya tendría que haber tomates coloreados en el invernadero, pero siguen verdes. Las alcachoferas han ido bien pero ahora parece que han frenado la producción. Las cerezas burlat han madurado tarde y mal, con poco azúcar y poco sabor, aunque da igual, porque este año -como todos- se las están comiendo los pájaros y ya no quedan más que huesos mondos y lirondos en las ramas y en el suelo. Algunos de los pocos albaricoques que han cuajado se han caido al suelo...y los olivos cargados de racimos de floración -muestra, cadillo- podrían sufrir también por el frio. En fin, cosas que pasan uno de cada diez años más o menos, pero ya tenemos ganas de que el sol caliente la tierra y la huerta de verano se ponga en marcha.
Cerezas burlat antes de ser devoradas por los pájaros (16 de mayo)

La muestra o cadillo del olivo antes de abrir la flor (16 de mayo)

jueves, 9 de mayo de 2013

Mariquita se llama mi amor


Mariquita sobre planta de berenjena
Hoy,  mientra inspeccionaba las nuevas plantas de berenjena en el invernadero, se me han abierto los ojos como platos; no lo podía creer: una mariquita zampando pulgones. Era como un milagro; la esperanza se abría paso entra la desazón; y una luz al final del tunel pulgonoso me anunciaba el posible principio del fin.

Mariquita se llama mi amor de hortelano tozudo y antiquímico.

Espero que la duendecilla de alas anaranjadas sea capaz de avisar a sus congéneres y se consume la invasión. Lo estoy deseando; es más, me muero de ganas de ver el genocidio que puede producirse, porque los pulgones son muchedumbre que se atrinchera donde puede y ahora andan de nuevo por la berenjenera vieja. También se esconden en el envés de algunas hierbas además de intentarlo con las tomateras y las nuevas matas de pimiento.
El caso es que me he llevado una alegría tremenda y, aunque no doy la batalla por ganada, el hecho de tener una aliada me infunde ánimos en esta lucha desigual.
Seguiré informando.

                                                                                                                                                                              

martes, 7 de mayo de 2013

Pulgones en el invernadro II. Lucha ecológica contra el pulgón

Tengo pulgón en el invernadero desde este invierno. Primero me rendí con las lechugas, sacándolas al exterior porque era incapaz de eliminarlo, a pesar de las rociadas con jabón potásico. Y es que a pesar que muere mucho pulgón siempre sobrevive un buen porcentaje que se reproduce rápidamente. La plaga atacó después a dos matas de pimiento verde (alargado de freir) que todavía estaban en produción desde el verano pasado. Me hacía ilusión mantenerlas una temporada más, pero visto lo visto hoy mismo las he arrancado con sus innumerables habitantes encima. Y lo visto es que después de tratar con jabón potásico el resultado no era bueno, así que me pase a un insecticida ecológico a base de pelitre que comercializa la marca Compo; pero nada; o casi nada.
 Los pimientos crecían algo más pequeños de lo normal, con la curiosidad de que -desde hace semanas- no tienen semillas por dentro, algo que puede deberse a que el pie es ya viejo, o a la acción del pulgón, aunque esto me parece improbable; el caso es que verlos con la textura pegajosa y brillante por la melaza  me resultaba desagradable. Por otro lado necesitaba sanear ese espacio, dado que también hay pulgones en alguna de las tomateras cercanas; y eso  me ha puesto sobreaviso cien por cien, pues sólo me falta que se me vayan al carajo los tomates. La berenjenera de la temporada pasada ya tiene nuevas berenjenas engordando, pero también está infestada y puede ser la próxima en abandonar. En fín, que la cosa se está poniendo fea.
Nunca hasta este año me había pasado esto.
He sacado alguna conclusión respecto a la lucha ecológica contra el pulgón: si es verde y le gusta comer de todo -como el que se ha venido a vivir a mi huerto- entonces olvídate de jabones y milongas.
No tengo un plan; esperaré a ver y ya contaré.

Nota: creo que se trata de la especie macrosiphum euphorbiae (pulgón de la patata) altamente polífago y muy asiduo de los invernaderos.