Cabaña en el árbol

Aquí veremos fotos sobre la construcción de la cabaña en el árbol del huerto de Franjavio

Cabaña en el árbol
Vamos allá. Voy a mostrar una de las cosas que más gusta a los niños y no tan niños que visitan Cincinnati (huertodefranjavio): la cabaña en el árbol. Voy a poner unas fotos de la cabaña acabada y después algunas sobre su construcción, que no fue nada difícil pese a lo que pueda parecer, aunque requiere algo de atrevimiento y experiencia arborícola, justo lo que yo tengo, porque desde luego planos no usé, simplemente fui improvisando sobre la marcha.
Vista interior de la cabaña del árbol. La he puesto como fondo del blog

tiene persianas para controlar luz y viento

el techo es impermeable por dentro
Aspecto exterior en invierno de la Cabaña en el árbol
Otra vista interior


La cabaña está sobre un plátano de sombra que tenía 12 años en ese momento. Tuve que quitar alguna rama que podría estorbar la colocación de la cabaña, pero muy pocas, porque como se puede observar la caseta está perfectamente integrada en el árbol. Otra condición que cumplí fue la de hacerlo de tal manera que las ramas del árbol pudieran seguir engrosando su calibre libremente, sin ninguna traba; para eso tuve que utilizar al principio cuerdas flexibles de goma y dejar los correspondientes huecos, como se puede ver en las dos fotos de arriba.
Previamente me hice una composición mental de su ubicación y tracé unas rayas en las ramas y tronco principal que indicaban el nivel de la plataforma.
Tuve que colocar después unos tutores cilíndricos para árboles, de esos que venden tratados para evitar podredumbres. Los puse horizintales según el nivel marcado y acto seguido coloqué unos tablones viejos que tenía por ahí, de madera de abeto y un grosor de 2 cm aprox. Así empecé la plataforma y tuve donde apoyarme para seguir trabajando con comodidad.

Era otoño y la desnudez del plátano me permitía trabajar sin problemas. Poco a poco fui añadiendo tablones para agrandar la plataforma, y también refuerzos por la parte de abajo, uniendo los tablones a las vigas con tornillos (el taladro a batería va de cine para estas cosas) y algún clavo de los de 7cm. La plataforma quedó con un contorno irregular, que era exactamente lo que buscaba, para que el resultado final no fuese el de una cabaña cuadrada subida al árbol. Lo que yo quería es que más bien pareciese que había surgido con él.


De vez en cuando apuntalaba con palos la construcción, aprovechando las cruces del árbol; de esta manera descargaba de peso las ramas sobre las que había colocado las primeras vigas y aseguraba la estabilidad y horizontalidad de la plataforma, que está a unos 5 metros del suelo.



Lo malo del asunto es que como todavía no había hecho la escalera las subidas y bajadas eran al estilo chimpancé , y encima con las herramientas hasta en los dientes, pero bueno, fue divertido. 





La plataforma era ya un logro que hacía las delicias de los niños que pudieron disfrutarla en tal estado, o sea, los míos y los de los amigos; y las sensaciones ahí arriba un sueño cumplido. Un amigo me sugirió, y quizás tenía razón, que para qué más, que así ya estaba bien. Y es verdad, hubiera bastado poner cuerdas o ramas para hacer una especie de barandilla alrededor y listo, sobre todo en verano, cuando las hojas camuflan la cabaña. En ese caso hubiera sido una plataforma con techo vegetal. Pero por las razones que fueran me empeñé en poner paredes, ventanas y techo. Creo  que  sencillamente me apetecía seguir, así que me puse manos a la obra para crear una estructura de cabaña e improvisar de nuevo. Del proceso no hice fotos, y ahora lo lamento, pero os diré que mantuve la idea inicial de reciclar material que tenía amontonado o inservible, aunque esta vez tuve que comprar en una serrería local tablas de chopo, o mejor, las tablas corteza que se venden como desecho. Compré una cantidad inmensa por sólo 12 euros, y con eso hice el cuerpo de las paredes, colocando la parte exterior en el exterior, y la parte con corte plano en el interior.

El techo resultó más problemático, porque era a varias aguas, en realidad un cono, pero con agujeros para las ramas que pasan por el interior de la cabaña (ver fotos iniciales), y además lo tuve que sujetar a las cruces superiores para darle consistencia. Aquí utilicé listones, cuerdas y  alambre para unirlos en la cúspide. La colocación de una lona sintética para evitar la lluvia y una capa de lona de algodón vieja encima -para evitar que el sol y las inclemencias del tiempo destruyesen la lona impermeable, y también para darle una estética más natural)- fue lo más complicado, porque tuve que subir al tejado de la cabaña. Lo que hice fue atarme como medida de seguridad, pues no quería morir en el intento.
Una vez hecho eso ya sólo quedaban algunos detalles: repisas para colocar cosas, persianas...una silla y por supuesto la garrucha para subir un cubo con la cuerda; eso no podía faltar. 


                                                                                   


Otro asunto es el acceso. El primer tramo se salva con una escalera que yo mismo hice con listones y los restos de las tablas de chopo pero en el segundo tramo se trepa sobre las mismas ramas del plátano y  agarraderos que están al nivel de la plataforma. He puesto una protección tipo malla fuerte por si algún niño cayese accidentalmente desde la entrada; en ese caso la torta sería de aupa pero quedaría a mitad de altura sin caer al suelo. 
La verdad es que todo el mundo sube con facilidad, incluso niños de cuatro años.
Protegí las maderas aplicando una solución de cobre (oxicloruro de cobre para cultivos) y gasoil, y después de tres años se mantiene bastante bien.



La cabaña es un lugar estupendo para leer, para pasar el rato, para contar historias por la noche, incluso para dormir.
Además sirve como base de operaciones de una tirolina que ocasionalmente colocamos en la parte superior del árbol, y que en 30 metros  de longitud tiene un desnivel de unos 10m, aprovechando que el árbol está en la parcela más alta (pues la finca consta de dos parcelas planas con más de 3 m de diferencia). La tirolina es una diversión añadida para pequeños y mayores (pondré fotos también)



Seguiré ilustrando el temá más adelante. Espero que os haya gustado

1 comentario:

  1. Me ha gustado, una pena que yo solo tenga una terraza y lo más grande un ficus benjamina que no dá lugar ni para una casa de gorriones.

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