Frutos humildes y algo toscos, pero de una belleza única y salvaje, tanto los membrillos como las granadas lucen espectaculares desde mediados de octubre en los ribazos y linderos de nuestros huertos, como si no merecieran un trozo de tierra mejor. Pero les da igual, porque sin cuidados de ningún tipo prosperan a pesar de todo y casi de forma milagrosa.
No puedo evitar acordarme de Antonio López en "El Sol del Membrillo", sabiendo que la película hubiera sido igual de buena si se hubiera titulado "El Sol del Granado". No me imagino la huerta mediterránea sin estos arbustos o arbolillos de porte desmallado ( Cydonia oblonga, Punica granatum ) que dejan colgar sus frutos durante tanto tiempo para deleite de la vista, el gusto, el tacto y el olfato.
Olé por ellos.
Llevas razón, son preciosos, pero... ¿es que hay algún frutal, desarrollado a su aire que no sea bonito? Aún más, ¿hay algún árbol que no lo sea? Para los que amamos las plantas todas, por pequeñas que sean, nos parecen preciosas.
ResponderEliminarNo soy muy comedor de la granada, me molestan los "piños" pero por el contrario, me encanta su sabor. Y en cuanto al membrillo, la "carne de membrillo" que llamaba mi madre al dulce de membrillo, es un manjar para mí.
Lástima que sean cultivos -sobre todo el granado- en franca regresión.
Un saludo
PD.- No me ha sido posible darle a tu hermana las hojas de algarrobo para la salmuera, pero tampoco es imprescindible.
Gracias Alfonso, por el comentario. Me ha comentado un amigo alicantino que últimamente se están haciendo plantaciones de granados porque hay demanda. Por aquí se da bien, pero de forma testimonial, quedándose sin recolectar la mayoría de las granadas. Y lo mismo ocurre con los membrillos, los higos, los kakis...
ResponderEliminarUn saludo