Este invierno está resultando más húmedo de lo habitual, más que por la cantidad de precipitaciones por la frecuencia de ellas. Lo mejor de todo es que la huerta funciona como una despensa; por ejemplo, haces casi dos meses que voy cogiendo cogollos de la misma hornada, ahí están, como si nada; ni crecen ni menguan, pero aguantan. Lo mismo pasa con las borrajas que sembré a boleo superapretadas: voy cogiendo una o dos veces por semana y nunca se acaban. Con las espinacas pasa igual; y con las acelgas, de las que voy cortando sólo las hojas más gruesas, de fuera hacia adentro.
Las coles no me han chutado muy bien, y es que no se me han hecho grandes; hoy mismo he cogido dos, pero no quedarían ni medianamente aceptables en una frutería. Me refiero a las coliflores, porque las de bruselas parecen de liliput y las lombardas están canijas.
Las escarolas tampoco han lucido mucho con los bajos semipodridos, pero algo se aprovechan.
Por increíble que parezca el otro día cogi tres alcachofas, supervivientes de las heladas de diciembre, así como algunas fresas ¡en el exterior¡
Tengo que decir que una malla aceitunera sigue protegiendo a un metro y medio de altura la huerta.
Ahora tengo lechugas plantadas desde hace veinte días, siete dentro del invernadero y siete fuera.
El plástico del invernadero ha salido de mala calidad y está en las últimas: dudo que aguante hasta el verano.
Los geranios y el naranjo, así como otros tiestos están a salvo, pero las adelfas en maceta y los claveles aguantan en el exterior.
Sembré cabezas de ajos enteras y ahora asoman un centrímetro, las que asoman. Las cebollas tempranas ya van tomando cuerpo.
Se me murieronlas judias enanas dentro del invernadero. Normal, por el frio.
Dentro de dos semanas empezaré a plantar tomateras bajo plástico (o bajo jirones) cebollas, lechugas, etc.
Os tendré informados.
Gracias por seguir el blog.
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