viernes, 12 de julio de 2013

Experimento patatero: el resultado

Patata blanca
 Allá por marzo llamé experimento patatero al procedimiento de sembrar las patatas no envueltas en la tierra sino en hojarasca, hierba seca y sobre todo acículas de ciprés -una especie de mantillo recogido debajo de los cipreses que cierran el perímetro de la parcela-. La duda principal tenía que ver con la acidez de este material, pero supuse que a las patatas no le afectaría porque he leído que les van los terrenos ácidos. Y efectivamente la cosa ha ido bien, pues he cogido más patatas que nunca y en sólo cinco metros lineales. Otra ventaja ha sido la poca faena que me han dado, sin apenas riegos y sin ningún esfuerzo para recolectarlas. Además han salido limpísimas y muy sanas. O sea, que las patatas en acolchado funcionan. Para la próxima temporada si tengo que agenciarme alguna paca de paja lo haré, lo que tengo claro es que se acabó el cavar para sembrar patatas y para recogerlas.
Patata roja

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